En
el día de hoy y para poder corresponder a tantas: *Familia, *Amigos,
*Compañeros de mi Arma, *Conocidos, *Paisanos… personas con las que,
recíprocamente, nos une un lazo de fraternal relación y se me están adelantado
en desearnos, a mí y mi familia, las tradicionales felicitaciones tan propicias
en estas fiestas en que los católicos rememoramos el nacimiento de Jesús, el
Hijo de Dios, tengo la ilusión de compartiros nuestra particular y personal
felicitación mediante las imágenes de unas ya antiguas figuras de barro cocido,
( las tradicionales de nuestra juventud) que desde la infancia de Loly, mi
mujer, año tras año, Navidad tras Navidad, han adornado y representado todo su significado: Primero su hogar familiar
de origen: LAS NAVAS DE SAN JUAN-JAÉN. Después en el que compartimos ambos tras
nuestro enlace matrimonial en PATERNA-VALENCIA donde y siguiendo la tradición
generacional, han colaborado nuestras/o hijas/o para irse sumando
progresivamente, sus respectivas/os hijas/os; permaneciendo a la espera de que,
la benjamina, casi con su primer añito, se añada a la ilusión de, junto a su
hermano y primas/o, participar (con lo que se completará las tres generaciones
de esta familia) con la tradición de rememorar con estas antiguas piececitas de
barro y pintura que evocan este Acontecimiento que de la Biblia hemos
conocido y mantenemos lo más vivos posible según nuestras respectivas edades: Desde
los ya casi 70 años del mayor a los 4, hoy, hasta que la menor aprenda a
andar... vamos reviviendo y compartiendo la fervorosa tradición que, a su vez,
recibimos de nuestros respectivos mayores en su día.
A todos/as vosotras/os y
familias os deseamos de corazón:
¡PAZ,
SALUD, BIENESTAR, AMOR Y FELICIDAD!
